16 municipios afectados por 30 incendios de considerable magnitud preocupan al Comité de Crisis permanente que combate las llamas que se han reavivado en diferentes municipios.
El trabajo coordinado desde el Comité de Crisis había informado sobre la reducción de incendios a una decena de focos, pero en la última semana se han multiplicado hasta alcanzar los 30 incendios en el departamento, provocando alarma a las autoridades.
La secretaria departamental de medio ambiente, Cinthia Asin, observa que «solo en lo que va del mes de noviembre se han superado las cifras registradas el pasado año. Teníamos alrededor de 6.000 focos de quema en todo el mes de noviembre. Este año, ya vamos por 7.164 focos».
Los incendios se localizan en 16 municipios: Concepción, San Antonio de Lomerío, Urubichá, San Ignacio de Velasco, San Miguel, San José, Pailón, Cabezas, Gutiérrez, Camiri, Postrervalle, Vallegrande, Samaipata, San Matías, Mairana y El Torno.
La prioridad del Comité de Crisis apunta a controlar los incendios que puedan afectar a zonas habitadas por comunarios, como el de Samaipata que ya fue atendido; o aquellos que afectan a la biodiversidad, como ocurre en Pailón, en la parte de ingreso al parque Kaa Iya, «donde trabaja un gran contingente de la gobernación, bomberos voluntarios y guardaparques».
Asin considera que el incremento considerable de las áreas afectadas se debe a un aumento de la cantidad de focos de quema. Lamenta la actitud deplorable de personas que incumplen la prohibición expresa de realizar quemas pero aún así, nuevamente se prende fuego a las zonas extinguidas.
«Los incendios no se inician solos», denuncia Asin que advierte la mano del hombre detrás de los nuevos focos surgidos esta semana. Desconoce los motivos que pueden impulsar las quemas «sabiendo la situación climatológica que hay y también del estado de estrés hídrico en que se encuentra el departamento».
A esta situación se une la sequía prolongada que afecta a numerosas provincias del departamento, lo que obliga a mantener un cuidado especial. «Es la segunda sequía más intensa que ha tenido el continente americano desde el 2002, según registros de la NASA», resalta Asin.
Se suma a esa situación la adversidad climática con «alerta naranja y vientos de 60 a 90 kilómetros por hora que han acelerado el avance de los incendios».
Hasta el momento, se han consumido más de 1.973.000 hectáreas por incendios forestales en el departamento. «En esta semana se ha incrementado un 20% en las áreas afectadas por quema que se tenía», remarcó Asin.
El subgobernador de la provincia cordillera, Mario Morón, manifiesta su sorpresa ante un nuevo incendio en el área protegida de Sararenda, el tercero en esta temporada «que ha consumido 250 hectáreas y cuenta con más de 70 focos de calor».
Morón no logra explicar cómo es posible que las llamas persistan en la serranía después de que se lograron extinguir por dos veces. Advierte que los fuertes vientos complican la intervención en el terreno y califica como crítica la situación ante lo que clama por ayuda del gobierno nacional.
De acuerdo al informe presentado por Asin, el incendio no afecta a ninguna vivienda ni se reporta riesgo para las plantas o ductos de gas que se encuentran en la zona. «Está partiendo una brigada de la Gobernación para tomar los recaudos y realizar una estrategia que evite que el fuego se vuelque hacia la comunidad Itaquises»
En la cordillera de Sararenda están desplegados los bomberos del SAR, de la Gobernación y UUBR, junto al grupo de militares Avaroa. A pesar de las dificultades del terreno y de la climatología, luchan incansables para contener el avance de las llamas.